Examen capitan 11º division

aquí te lo dejo:







Eres un capitán que esconde un oscuro pasado muy triste, por ello, de un día para otro sientes que dentro de ti hay otra persona, un hollow, pero tu siempre logras suprimirlo, un día en que los demás capitanes están ausentes, aparece en el seireitei el primer espada, y no dudas en luchar con el, su superioridad es visible a simple vista y te tienes que esforzar mucho para mantenerte a su nivel, alguien te había dicho con anterioridad que siendo un vizard eres mucho mas poderoso así que, en unos segundos en el que el espada se para a mirarte, interiormente libras una lucha muy difícil contra tu hollow interno, al que logras vencer por muy poco, en ese momento vuelve tu conciencia al seireitei y decides mostrarle tu mascara al primer espada quien queda impresionado y seguís peleando, ahora que están igualadas vuestras fuerzas consigues derrotarlo y echarlo del seireitei


Bueno mucha suerte con el examen, al ser admin y conocer tu problema de conexión te doy 5 días para que lo hagas, bueno tu ya sabes las cosas que se cuentan XD

Gracias por tener en cuenta el que no tengo internet y PC pero, a mi suerte, puedo venirme temprano a casa de mi tia en poco tiempo por lo que me ha dado tiempo a hacerlo sin tardar demasiado. Bueno, aqui te lo dejo aunque creo que me ha quedado demasiado largo... Salu2


Cabellos blancos, ojos azules y el uniforme de Shinigami acompañado del Haori de capitán eran las características del caminante de los laberínticos callejones del Seireitei. Marcos LeMarc, el capitán del undécimo escuadrón, se encontraba practicamente solo en el Seireitei en aquellos momentos. La ausencia del resto de capitanes y el desconocimiento de donde estaba su Teniente le habían empujado a dar un paseo tratando de ahogar un día mas las penas que albergaba en su ser. Una siniestra voz le susurra día si, siguiente también, para recalcar que no estaba solo y que, pese a que no era la mejor de las compañías, estaba ahí para amargarle aun mas la vida, un problema difícil de controlar era aquella presencia interna a la que con el paso del tiempo había identificado como un Hollow.

- Tienes que dejarme salir, tu y yo somos uno, piensa en el poder que obtendrías… - Susurraba en su cabeza una voz grave con sinuoso tono de voz, seseando como una viperina serpiente apunto de atrapar a su presa.

- No necesito de tu ayuda, escoria - Fue la respuesta del capitán la cual, debido a la situación, fue formulada de forma mental y con un claro deje de enojo y fastidio en tales pensamientos.

Una discusión se producía entre la esencia interna y el Shinigami el cual había logrado controlar una vez mas a aquella presencia días atrás pero lo que no se podía imaginar es que, aquel día, todo cambiaría…

Un inmenso y oscuro Reiatsu se hizo notar en el lugar, sentimientos negativos y tétricas formas eran las sensaciones que daba aquel Reiatsu el cual LeMarc no tardó en localizar. Un Hollow de rango desconocido acaba de hacer acto de presencia en la zona Norte del Seireitei.

El capitán del undécimo escuadrón no se demoró e inició una carrera a gran velocidad, no a la máxima pues era un derroche de energía el malgastar resistencia antes de una inminente y muy probable, aunque desconocida, batalla.

Llegó al lugar de los hechos y allí lo contempló, una imponente figura de 1 metro y 80 centímetros la cual se mantenía a unos 20 metros sobre el nivel del suelo. Silueta humana en señal de alto rango, pelo negro y largo, ojos cerrados y un agujero atravesando su pectoral derecho. Un 1 situado en su frente revela su estatus de Primer Espada. Su blanquecina piel, contrastada con su blanca ropa y su cabello negro le daban un aspecto muerto, casi repulsivo al gusto de LeMarc. La mascara del Arrancar se localizaba en el lado derecho de su cara, cubriendo desde la oreja hasta el ojo.

Presentaciones eran innecesarias, su mera presencia era un peligro para el Seireitei y sus habitantes. Desconocía si había notado su presencia por lo que un ataque sorpresa aun era factible, no lo pensó dos veces y de una fuerte zancada seguida de un salto en vertical se lanzó al ataque. Desenvainó su Zampakutou de la parte derecha de su cadera y, tras cargarla hacía atrás, liberó una estocada en diagonal en dirección al pecho.

El Espada si se había percatado de su presencia pues, con elegante gesto, interpuso la palma de su mano entre su pecho y el filo del acero empuñado por Marcos - Que grosero eres, Shinigami - Enunció el pelinegro a la vez que esgrimía una afilada sonrisa y abría sus negros y vacíos ojos. De un fuerte movimiento empujó la Zampakutou del capitán, impulsando varios metros hacía abajo.

LeMarc retomó posición y se elevó, quedando cara a cara con el Espada, a unos 2 metros de distancia en horizontal. Su Zampakutou era agarrada con ambas manos por su empuñadura color carbón a la cual seguía una protección en forma de calavera. El filo, de carácter doble y color plateado.

- Me lo suelen decir, Espada - Contestó de forma arrogante el capitán del undécimo escuadrón mientras, con cierta escala de minuciosidad, observaba como el Arrancar se lamía las pocas gotas de sangre que habían brotado de la palma de su mano en claro gesto de mofa y burla, no le tomaba en serio.

Ningún vocablo prosiguió a la discusión de breves momentos y cortantes intenciones, el ansía de matar era palpable en el ambiente. Marcos no lo ocultaba, se relamía los labios mientras medía la distancia para ejecutar su ataque con la mayor efectividad posible.

El Hollow se mostraba tranquilo, como si el capitán no fuese más que una mera molestia a la cual no tardaría eliminar y, en cierto modo, no se equivocaba pues sus niveles eran disparejos, el invasor tenía clara ventaja sobre el residente del Seireitei. No se hizo de de esperar en desenfundar su arma, una simple Katana con varios tribales en ambas caras de la hoja.

No liberó su resurrección pese a que el arma estaba fuera, era extraño y Marcos lo sabía… se miraron fijamente durante unos segundos para instantes mas tarde enzarzarse en una violenta lucha de puro Zanjutsu en el cual el Espada se mostraba superior pese a estar combatiendo contra el capitán del escuadrón especializado en cuerpo a cuerpo, su poder era abrumador.

LeMarc pasó a la ofensiva soltando una descarga de ataques en una difícil secuencia; una estocada vertical seguida de un giro en dirección izquierda acompañada de la espada y el brazo extendido. Ambos ataques fallaron pero el Shinigami no desistió y tras el esquivado giro, inició una serie de golpes a modo de punzada que eran detenidos con elegancia por el inexpresivo Arrancar.

Muchos de aquellos ataques iban acompañados de un giro de muñeca el cual le agregaba al ataque cierto efecto perforante pero esto no servía de nada, los ataques fallaban y el capitán comenzaba a cansarse y así lo demostró al recibir un corte diagonal en su hombro derecho.

Retrocedió y siguiendo sus antiguos instintos humanos se coloco la mano izquierda en la herida, la derecha sujetaba el acero empuñado durante todo el combate. La sangre brotaba y la herida dolía, era innegable pero no era su idea la de mostrárselo al Espada. Su mano izquierda, impregnada en sangre, se coloco en su posición normal.

- Surca los mares, ven a mi Valkiria - Enunció con tono serio. Su Zampakutou fue envuelta en una extraña aureola de color blanca y azul la cual tras entrar en contacto con el arma, se deshizo en polvo. Tal polvo se esparció y luego reunió en torno a la mano izquierda formando un torbellino de color blanco y azul que acabó por dar lugar a una segunda Zampakutou, Valkiria se presentaba en batalla en compañía de Ragnarok, la espada localizada a la diestra de LeMarc.

Empuñando ahora ambas espadas gemelas, Marcos pareció mostrarse con mayor seguridad ante lo cual el Espada, en signo de despreció, alzo una ceja como si aquello se tratase de un simple y sencillo truco de magia. Confianza, confianza es lo que mostraba el Arrancar al dejar que Marcos activase su Shikai sin mas respuesta que el alzar de una ceja.

El combate se reanudó tras los segundos en los que Marcos se retrasó en llamar su primera liberación. El intercambio de mandobles, estocadas y demás ataques se sucedía en un torrente de sonidos metálicos pero, algo sucedía, pues tras cada ataque liberado por Marcos, una extraña sacudida cortante era liberada.

Tal era la extrañeza del ataque utilizado por el Shinigami que el Primer Espada había recibido dos pequeños cortes de los cuales se mostraba satisfecho, su contrincante estaba siendo mas divertido de lo esperado y, en su afán de obtener mayor diversión, le obligaría a liberar su Bankai…

El Hollow aumentó la intensidad de sus ataques, su acero era impregnado por su oscuro Reiatsu el cual lograba detener las extrañas habilidades de las dos Zampakutou de Marcos, las cosas volvían a ponerse en su contra pues a cada ataque del Espada su resistencia era mermada, nuevas heridas iban surcando su cuerpo y los rastros de sangre en su ropa eran cada vez mas frecuentes.

- ¡Vamos Shinigami, muéstrame de que eres capaz! - Exclamó el Espada al mismo tiempo que interponía su arma entre las dos del Shinigami. Una cruz de aceros formada por Marcos era parada por la Zampakutou del Arrancar que, en un ágil movimiento, había interpuesto la suya evitando el avance de estas.

Pequeñas chispas saltaban debido al roce de los metales, Marcos sudaba a la par que apretaba los dientes. El Primer Espada sonreía divertido por el sufrimiento de su adversario y, sin mas dilación, en clara invitación a la liberación de su Bankai, retiró su arma y con extrema velocidad pateó con fuerza el centro de la cruz formada por el Shinigami que, sin remedio alguno, salió despedido hacia abajo, estampándose contra el suelo y liberando una nube de polvo. Una fuerte sensación embargó el lugar, el ambiente se tornó pesado, para personas normales el respirar habría sido difícil pero para el Espada aquello era como una caricia de malas intenciones.

- ¡Tempestad de los cielos, ruge con todo tu poder! - Gritó y vociferó Marcos sin poder contener la ira que le recorría. Aquel despreció le estaba volviendo loco, se sentía infravalorado y la esencia de su interior había empezado a sacar tajada de la situación.

LeMarc cargó con todo en una devastadora oleada de ataques que ni el Espada pudo contrarrestar en su totalidad. En esta ocasión había sufrido varias heridas, algunas a tener en cuenta debido a su profundidad o localización. Había logrado infligir daños a su enemigo también pero en aquel último enfrentamiento había salido perdiendo.

Apretó con una fuerza descomunal el mango de su Zampakutou y, aun recibiendo un fuerte tajo en su pecho, liberó una estocada vertical la cual, pese a ser detenida por la segunda espada del Shinigami, lo impulsó nuevamente contra el suelo esta vez, a mayor potencia y velocidad.

El Hollow no perdió su oportunidad y tras recobrar una posición de normalidad, alzó su acero en dirección al cielo mientras decía - Grazna, cuervo - Liberando de esta manera su forma original. La Zampakutou se transformó en un centenar de plumas negras…

Sus ojos se tornaron afilados junto con una pupila negra y rasgada, como la de un pájaro. La mascara que cubría su ojo se extendió por toda su cabeza, un cráneo de cuervo de mayor tamaño era la forma adoptada por esta. Mas huesos aparecieron por su cuerpo, mas concretamente, de los codos hasta los dedos de las manos y de las rodillas hasta los dedos de los pies formando una especie de guanteletes de hueso. Las plumas en las que se había convertido la Zampakutou comenzaban a pegarse en las zonas de hueso. Parte de los brazos y las piernas junto con la mascara, exceptuando el pico, se tornaron de color negro.

Finalmente, dándole el toque final a su transformación, un par de alas negras brotaron de su espalda, destrozando gran parte de la parte trasera de su ropa. LeMarc seguía sin dar atisbos de lucha y el primer Espada no parecía tener motivos para mostrarse compasivo por lo que, en un rápido acto asesino, tensiono sus alas y apunto en dirección a la nube de polvo.

Cientos de plumas negras fueron disparadas cual flecha en busca de su presa con la peculiaridad de que estas, al caer, producían un fuerte sonido en señal de una alta capacidad de perforación.

Pero algo extrañó al Hollow con forma de cuervo, no había gritos de dolor, no había suplicas de piedad, no había ninguna reacción que le confirmase que su ataque había alcanzado al blanco deseado. Un cosquilleo recorrió su nuca, había sentido una exhalación de aire tras de si - ¿Pero qué? - Entonó a modo de incredulidad sin poder terminar la frase. Una espada le atravesó por detrás. Ragnarok desgarró la piel y el interior de su contrincante que comenzaba a sangrar por la boca… - No podía permitir que siguieses más en esta forma o habrías ganado… - Afirmó LeMarc, con una voz claramente mas grave y ronca, como si el haberle golpeado a traición fuese lo peor que podía haber hecho en aquel momento. Quizás por la emoción del Espada al adoptar su forma final, tal vez por la aumentada velocidad de Marcos, a lo mejor había sido suerte el que no detectase su presencia hasta antes de recibir la fatal herida pero el final era claro, para bien o para mal, Marcos había ganado ante un rival de mayor poder…

…Segundos antes…

LeMarc acaba de estamparse estrepitosamente contra el suelo sin opción alguna de victoria ya, aquel golpe había sido terrible, el dolor le recorría por todo el cuerpo y sentía como las fuerzas le abandonaban pero, una vez mas, la voz de su interior habló - Eres mío - Fue lo dicho por la voz justo antes de que Marcos apareciese en el mundo interno de su Zampakutou, una extraña zona de flora tropical propia del continente africano.

Estaba totalmente rodeado por la población vegetal del lugar cuando, sin saber su procedencia, un fuerte puñetazo impactó en su barriga seguida de otro puñetazo en su mejilla derecha. Se golpeó de bruces contra el suelo sin poder defenderse de ese ataque. Un filo se posó en su espalda – Levántate – Ordenó aquel que empuñaba el objeto, posiblemente arma, de punzante extremo.

Marcos no articuló palabra cuando el filo se retiro de su espalda ni cuando se levantó ni cuando, para su asombro, descubrió que frente a el estaba una imagen exacta de el mismo pero de color blanco papel y ojos rojos.

Sabía de sobra quien era, aquella voz era la que muchas noches lo despertaba y desvelaba, la que le decía que matase a sus compañeros, la que le decía que era diferente de aquellos a los que juró proteger.

Las palabras fueron innecesarias, su doble esgrimía a Ragnarok junto con una sonrisa de superioridad al mirar que la Zampakutou que LeMarc tenía que empuñar era Valkiria. Se encontraba extrañamente bien, las heridas recibidas contra el Espada no estaban presentes en aquel mundo interior por una razón que desconocía pero, era algo que debía aprovechar. No podía estar mucho tiempo en aquel lugar o el único destino que le quedaría por esperar sería el de la muerte o algo mucho peor…

Un nuevo intercambio de espadas se presentó ante Marcos pero esta vez, contra si mismo. El poder de su nuevo contrincante era superior al suyo pero su estilo era más salvaje y frenético, cientos de aperturas eran abiertos al son del aire cortado por ambos aceros. Estaba claro, LeMarc no podría con aquel oponente por ahora si este no se la jugase tanto con aquellos malabarismos ejecutados con y sobre Ragnarok.

Aquellos movimientos eran casi una ofensa pero debía aprovechar y así lo hizo tras diez minutos de tensión en los cuales rozó la muerte en varias ocasiones. Los movimientos y malabares ejecutados por el Marcos de ojos rojos le costaron muy caros pues, en un momento de total distracción, su brazo fue cercenado, cayendo al suelo pero sin expulsar sangre…

- Esto no ha terminado, nos veremos pronto… - Fueron las palabras emitidas por el ahora manco justo antes de desaparecer por haber soltado a Ragnarok. Al parecer, el único elemento que le había sostenido en el interior de Ragnarok era la propia espada.

El capitán del undécimo escuadrón fue devuelto a la realidad con la peculiaridad de que se sentía mas fuerte y de que sobre su rostro reposaba una mascara de la cual desconocía su apariencia debido a que nunca la había portado o visto.

Se sorprendió a si mismo cuando por puro instinto se desplazó a la derecha de un Shumpo y se alzó hacía las alturas de nuevo, apareciendo tras del autoproclamado vencedor espada al cual, sin contemplaciones, acuchillo desde las espaldas, dándole fin a su vida de una vez por todas.

- No podía permitir que siguieses más en esta forma o habrías ganado… - Afirmó LeMarc, con una voz claramente mas grave y ronca, como si el haberle golpeado a traición fuese lo peor que podía haber hecho en aquel momento. Quizás por la emoción del Espada al adoptar su forma final, tal vez por la aumentada velocidad de Marcos, a lo mejor había sido suerte el que no detectase su presencia hasta antes de recibir la fatal herida pero el final era que, para bien o para mal, Marcos había ganado ante un rival de mayor poder…

Tras estas palabras la mascara se desvaneció en un claro gesto de que Marcos no dominaba aquella nueva habilidad adquirida. Bajo lentamente hacía el suelo, Valkiria se desvaneció y Ragnarok fue guardada en su funda antes de que Marcos llegase al suelo. Cuando lo hizo, sin pararse a pensar tan si quiera en lo que acababa de echar, cayó desplomado contra el suelo, roncando a pleno pulmón. Solo la tensión del momento le había mantenido despierto tras tales golpes y en cuanto esta desapareció, sin otra opción, cayó dormido de cansancio y un profundo dolor de cabeza.

Bueno, el examen esta bien, quizás deberías haberle dado color a los diálogos y tienes un par de faltas pero esta bien expresado y la longitud es buena, aprobado, capitán de rango 3