Hace ya dos o tres meses que salí de la academia de shinigamis y me asignaron a la 2ª División, estoy contento por haber podido
superar los exámenes, la verdad, hace poco que ingresé en la 2ª División pero ya he hecho bastantes amigos. Era una hermosa mañana
y todo estaba tranquilo, hasta que, como era de esperar, la tranquilidad se rompió cuando el teniente me invitó a entrenar con él
en los bosques de la sociedad de almas, cosa que no me entusiasmaba demasiado puesto que mi teniente no me acababa de caer
demasiado bien, era aterrador cuando se enfadaba, cosa que ocurría bastante a menudo.
Mientras paseábamos camino de la zona donde íbamos a entrenar todo el día, se podía observar a los animales escondiéndose al ver
pasar al teniente, puesto que la delicadeza no era una de sus virtudes, de vez en cuando él intentaba romper el hielo con argumentos
que no venían al caso, a mitad del camino nos topamos con otro shinigami que, por lo visto, también andaba entrenando por los alrededores.
Al cabo de unas dos horas por fin llegamos a la zona donde íbamos a entrenar normalmente, era una zona rodeada de árboles, estaba
todo muy tranquilo, si estabas atento se podía incluso escuchar el canto de los pájaros.
Cuando finalicemos el descanso mi teniente agarró su zampakutou y sin previo aviso me embistió.
- Un shinigami tiene que estar en guardia todo el tiempo- Dijo con entusiasmo
Cuando se pone así acaba por irritarme, para ser un entrenamiento opino que el teniente se pone demasiado serio,
siempre ataca con esa rudeza. Cuando me incorporé agarre mi zampakutou y le ataqué, él esquivó mi ataque con
un movimiento rápido, entonces intentó contraatacar dándome una patada, conseguí esquivarlo saltando, y justo después lancé
un ataque vertical desde el aire intentando desarmarlo.
- Tienes que ser más rápido- Comentó
Después de un intercambio de golpes él, como siempre, acabo por vencerme.
- Eres un debilucho- Dijo
- Tendrías que entrenar más en vez de estar haciendo el vago todo el día- Añadió
Al cabo de 6 horas entrenando, él empezó a sudar, cosa que no era demasiado normal, siempre era él último en cansarse dada
su inusual cantidad de energía, de repente empezó a gritar, yo fui corriendo a socorrerle
- ¡Qué te pasa! ¡Te encuentras bien!- Grité impotente al observar la escena.
Pero era inútil, no escuchaba lo que le decía, repentinamente algo blanco empezó a salirle de la boca y de los ojos, yo no sabía que hacer
al ver que él estaba sufriendo y no podía hacer nada para ayudarlo, entonces paró de gritar.
- ¡Co-rre! ¡Ve-te! ¡Rápido!- Me dijo entre grito y grito.
Yo no podía hacer eso, no podía dejarle allí, así que busqué al shinigami que andaba por los alrededores y le pedí que fuera a buscar
ayuda, de repente mi teniente con una extraña máscara parecida a la de un hollow me atacó, yo sentía ese inmenso poder que tenía
pero, yo ya no sentía el reiatsu del teniente, sentía el reiatsu de un hollow. Mientras que ese shinigami buscaba ayuda yo me quedé
para distraer al hollow, pero la diferencia de poder era demasiado grande como para poder enfrentarme a él y acabar ileso, así que
decidí correr lo más que pude para evitar un enfrentamiento directo, el hollow era demasiado poderoso así que no tardó en darme alcance,
me agarró la pierna y me lanzó contra un árbol, ese golpe no fue lo suficientemente grande como para matarme, parecía como si se
estuviera conteniendo, quizá es que todavía tenía conciencia humana.
En ese momento me levanté lentamente y saqué mi zampakutou, decidí plantarle cara aunque sabía que no lograría vencerle, más
que atacar intentaba esquivar todos los ataques que me lanzaba, las ganas de sobrevivir poco a poco destruyeron el miedo que sentía.
- Por favor, reacciona- Dije en un intento por conseguir que volviera a la normalidad.
No sirvió de nada, así que lancé un par de ataques pero no hicieron nada contra él, puede que en realidad no quisiera hacerle daño puesto
que debajo de esa mascara de hollow se encontraba mi teniente, es cierto que ya no parecía mi teniente tanto en apariencia cómo
en mentalidad pero no estaba dispuesto a hacerle daño, aunque vista la diferencia de poder era bastante improbable que consiguiera
hacerle siquiera un arañazo.
Pero el hollow sí estaba dispuesto a acabar conmigo, parece que ya perdió por completo la poca conciencia humana que le quedaba,
sus ataques eran cada vez más poderosos, no aguantaría más de tres o cuatro ataques, el hollow me atacó por el lado derecho, yo salté
lo más que pude pero perece como si pudiera ver a través de mis movimientos, el hollow me atacó por arriba en pleno salto me era
imposible hacer una maniobra evasiva, en ese momento las ganas de sobrevivir se desvanecieron y dieron paso al sentimiento de
miedo que antes creí haber eliminado por completo, ni siquiera he sido capaz de liberar mi shinkai, el teniente siempre decía que
evitáramos el miedo en combate ya que podría ser nuestro peor enemigo, como eliminar el miedo en una situación como ésta,
no tenía posibilidad de atacar, ni siquiera podía defenderme, en ese momento quería que todo acabara, justo cuando el hollow estaba a punto de darme el golpe de gracia, yo ya no quería seguir viviendo, unos pocos minutos me parecían eternos, estaba esperando ese golpe
que acabaría con mi existencia, cuando de pronto alguien se puso en la trayectoria de su ataque, era el comandante de los trece
escuadrones, en ese momento un sentimiento de calma me inundó por completo, era espectacular verlo allí parar el ataque del hollow con
una sola mano cuando yo ni siquiera podía defenderme con mi zampakutou.
Mientras el comandante luchaba sin problemas contra el hollow la división médica se centro en curarme las heridas que el hollow
me había provocado, tenía el brazo derecho y 4 costillas rotas. Me sentía como si el mundo se me viniera encima cómo podía haber
tal diferencia de poder.
Mientras yo estaba recuperándome de mis heridas el comandante luchaba, parecía que intentaba no hacerle daño, pero me preguntaba
si habría alguna forma de devolverlo a su estado normal, el hollow atacaba por ambas direcciones al mismo tiempo, pero contra el
comandante eso no serviría de nada, él frenaba los golpes con las manos desnudas, no le hacia falta desenvainar su zampakutou hasta que
al final optó por cortarle las extremidades y finalmente supo que ya no había forma alguna de devolverlo a su estado normal, acabó con
él dándole un golpe certero en la cabeza.
Acababa de presenciar la muerte de mi teniente. La tristeza me invadía el corazón al no haber podido salvarlo, o, al menos haber
acabado con su vida para evitar que sufriera.
Fin
Final triste xD, he revisado más de 3 veces la verdad no soy muy bueno con las faltas pero haber si apruebo esta vez