Nisheida
3º Espada
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Fecha de inscripción : 14/07/2009
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Hoja de personaje
Nombre del PJ: Nisheida Daregae
Rango: 3º espada
Zampakutou/Poder:
 |  Tema: Re: Examen 4º espada Jue Sep 10, 2009 8:25 pm | |
| El sol se alzaba sobre la ciudad de karakura, dejando caer sobre ella su ya cálido y habitual resplandor digno únicamente de dicho astro, mientras estos permitían ver la silueta de un muchacho que caminaba con aire de vagancia por una de las estrechas calles de la ciudad. Caminaba con pereza indiferente a los sucesos de su alrededor con la vista perdida en un punto aleatorio que nadie hubiese acertado a adivinar en que pensaba aquel joven. El arte urbano estaba plasmado en los muros a sus costados, dejando ver así la decadencia en que se encontraba aquella parte de la ciudad. Personalmente, a el no le importaba demasiado, mostraban libertad y alegría a su ver. Una voz a sus espaldas le provoco un ligero respingo, sacándolo de su ensimismamiento mental.
-¡Nisheidaaa-kun!
Al oir su propio nombre Nisheida se giro para poder percatarse de cómo una pequeña figura se acercaba corriendo. Aquel enclenque chico tenia por nombre Almos, aunque entre ellos habitualmente se llamaban Nish, o Al, y que el segundo emplease el nombre de pila del primero quería decir, o que estaba asustado o molesto. La cara del joven reflejaba la evidente razón por la que había llamado a su amigo: estaba aterrado.
Nisheida sabía muy bien el motivo por el cual su camarada podía estar asi, y es que ellos dos parecían ser los únicos en todo karakura en poder visualizar horribles, e intimidantes seres. Ocasionalmente aparecían en la ciudad, y aunque ya había quedado claro que únicamente Nisheida podía verles y escucharles, Almos, era, por mínimo, capaz de sentirlos y distinguir su aterradora presencia.
-Calma, dime que paso, donde esta…. – espeto en voz alta Nisheida tratando de calamar el excitado estado de su amigo.-
-Lo vi… era enorme Nish, al menos de tres metros de altura, lo vi en el puente de la calle 12 – soltó el chico después de unos segundos de jadeo.
-No hay de que preocuparse, recuerda que no tienen porque hacernos nada, además, si te hubiera seguido, ya lo sabría.
Aquella mentira era la escusa mas habitual de Nisheida para ocultarle a su amigo, que aquellas horribles formas devoraban almas humanas, y el mismo había presenciado aquella horrible escena en mas de una ocasión. También sabia por la boca de uno de los mismos, que se autodenominaban Hollows, y a decir verdad, el mismo no encontraba un adjetivo o palabra mejor para describirles.
Después de estabilizar el estado de su compañero, Nisheida le pidió regresase hasta su hogar, al menos por aquella zona era muy raro, que alguna de esas creaturas apareciese, Nisheida lo atribuí a que en esos rumbos, pocas almas en pena vagaban por el lugar, y no había nada que les atrajera para comer. Sin embargo, a los últimos días, el mismo comenzaba a tener miedo, si bien había sido prudente, y cada vez que visualizaba uno muy cerca se escondía, últimamente los hollows aparecían con mas frecuencia y el mismo alcanzaba a percibir que de el emanaba un aura similar a la de estos. Prueba de ellos, era el aislamiento de la demás gente hacia con el, si bien nunca había sido muy popular, últimamente la gente le evitaba sin razón aparente, aun cuando el mismo tenia sus propias teorías sobre el asunto.
Almo ya había desaparecido de su vista, y como si el suceso no hubiese ocurrido, prosiguió su andar algo desgarbado hacia su propia residencia con el fin de comer algo antes de irse a la cama, en nada le apetecía hacer los deberes marcados en el instituto, después de aquella escena. Solo unos minutos pasaron antes de que pudiera vislumbrar su casa y consiguientemente entrase con el habitual “ya estoy en casa”. Su hermana como de costumbre veía la televisión y le respondía de la manera animada de siempre, mientras que sus padre charlaban en la cocina después de haber finalizado la cena del día.
Una buena cena y una ducha después, Nisheida se encontraba boca arriba tendido sobre la cama de su habitación con la mirada fija en el techo, cuestionándose si de alguna manera abría la posibilidad de saber mas acerca de aquel mundo del que solo el y Almos eran consientes, después de todo ¿Quién iba a creerles que podían ver fantasmas?, nadie a su parecer, y si les creían nadie lo admitiría. El oscuro techo de su habituación se volvía mas negruzco conforme la luz del día se iba agotando., y conforme ocurría, el sueño y la monotonía, iba abordando al joven Ryoka, despojándolo de las cuestiones y problemas que se auto planteaba.
Un gran estruendo provoco el sobresalto y el despertar de Nisheida, no solo había sido el fuerte alboroto lo que lo había despertado, si no que también lo había sido el hecho de sentir un tan conocida como aterradora: un hollow. Aquello hacia que el mundo del joven se viniese abajo ¿Por qué si trataba de evitarlos ellos le seguían? y peor aun ¿Por qué habían venido a por el en ese momento?. Con toda la velocidad que su cuerpo le fue capaz de proporcionar, el asustado muchacho descendió las escaleras de la casa en post de ver la situación y auxiliar al escape de sus familiares. Ellos no tenían nada que ver con ello, y no podía permitirles saliesen lastimados en todo aquello de lo que el incluso tenia apenas idea.
La visión del chico al llegar a lo que debía ser la sala de su hogar, era todo menos aquello, una gran figura se inclinaba sobre dos figuras, a las que reconoció como su padre y su madre, mientras que una tercera estaba hecha un ovillo en una esquina de la destruida habitación. La inconciencia se hacia evidente en ambos adultos, y por alguna razón el cuerpo de Nisheida no reaccionaba, en sus 16 años de existencia nunca se había planteado tal situación, ni cuando había comenzado a visulaizar a los hollows. La enmascarada creatura, se inclino sobre sus preas con fin de engullirles aun en vida, sin embargo olfateo el aire un momento para volverse hacia el asustado muchacho que le observaba desde los escalones.
Paralizado y asustado, Nisheida no pudo hacer mas que ver el rápido movimiento ejecutado por el monstruo, dando un fuerte y certero golpe hacia el. Los escalones se desquebrajaron ante el impacto, y cayeron provocando una nube de polvo y a su vez, dejándole sepultado y sin posibilidad de moverse. La nube de polvo descendió poco a poco dejando que el chico viese nuevamente la escena, sus ojos se anegaban en lágrimas ante la impotencia y el sentir de que todo aquello era su culpa. La bestia se inclino nuevamente sobre sus inconscientes presas.
-¡Detente! – Grito Nisheida al borde del llanto - ¿Por qué haces esto?, ¡no te han hecho nada!, ¡déjales y cómeme a mi!
El hollow se volteo lentamente hacia el esbozando lo que podría, tal vez, mostrarse como una burlona sonrisa.
-Cállate y espera, por supuesto que te comeré, pero como puedes ver, primero se debe comer el aperitivo antes de el plato fuerte…
El horror dejo paso a la incredulidad en el rostro del muchacho, que aun bajo los escombros de los escalones, era incapaz de moverse o realizar algo en post de ayudar a su familia.
-De….de que hablas – alcanzo a decir ante el comentario del hollow.
-¡Idiota! – se burlo el enmascarado ser - ¿no has notado que solo tu puedes vernos?, eso quiere decir que posees un alto poder espiritual, los hllows, debemos consumir almas con mucho poder espiritual para saciar nuestra hambre, pero el comer otras almas tampoco esta mas, así que quédate quieto y observa, porque tu serás el siguiente.
La macabra risa del Hollow, no ocasiono mas que frustración y desesperación en su oyente, Nisheida no podía concebir que aquello estuviese ocurriendo frente a el, y menos que el fuese el responsable por lo sucedido en lo que había parecido una habitual y tranquila noche, y , que al final de cuentas, estaba convirtiéndose en la ultima noche de toda la familia.
Los gritos del muchacho, se oyeron tal cual si os hubiese dado en un micrófono, ante la visión que se desencadeno a continuación. Como si fuese lo mas normal para el, y como lo había visto en otras ocasiones, el hollow se inclino sobre las figuras que tenia enfrente, para engullirlos uno tras otro. El ovillo, acurrucado en la esquina de la cocina, solo se tomaba la cabeza con las manos como si esperase que aquello solo fuese un mal sueño, del cual pronto despertaría. La figura se volteo, evidentemente con el propósito de tragarse esa inocente alma también, indiferente a las suplicas y gritos del muchacho.
-¡Detente por favor!, ¡a ella no!, ¡a ella no! – Exclamaba Nisheida mientras el llanto surcaba su rostro y sus puños estaban pálidos por la fuerza con la que los apretaba - ¡detente joder!, ¡por favor!.
Se obligo a cerrar los ojos, pero aun asi el desgarrador grito de su hermana al sufrir el mismo destino que sus padres entro en sus oídos como una maldición que no le dejaría descansar por el resto de su vida. Mientras el hollow se regodeaba y avanzaba hacia el, en su mente solo se formaban mínimos cuestionamientos, típicos de la gente que se encuentra al borde de su muerte. Ya no sentía miedo, ya no estaba paralizado, y la frustración había desaparecido, ahora ya no estaban, nada había podido hacer ara auxiliar a las personas que formaban lo que el llamaba familia. Ahora le invadían solo, dolor, tristeza, y sobre todo Ira.
El hollow seso su avance, una nueva energía se congregaba alrededor del muchacho que hasta hace un minuto era un ser indefenso esperando su fin. Poco a poco una gran cantidad de reiatsu envolvió Nisheida llenándole de una sensación que hasta el momento le habai sido totalmente desconocida: poder. Un destello se extendió por toda la casa proveniente del muchacho, a tal grado de llegar a se cegador para el hollow, quien en un intento de protegerse de tal luz, se protegía los orificios de la mascara pertenecientes a los ojos con las manos.
El desello poco a poco fue bajando su intensidad, dejando tras de si una gran cantidad de reiatsu proveniente desde su fuente. El hollow bajo las manos que protegían su visión de la cegadora luz y vio con asombro que lo que se le presentaba no era el asustado muchacho de hace unos minutos.
-No se que es lo que sucede… pero te juro… que no te gustara – se oyó la voz del joven.
El reaitsu alrededor de el era inmenso, una sensación que no había sentido nunca, o más bien, jamás en aquella cantidad. Si se viese en un espejo, la sorpresa tal vez hubiese cesado la Ira que en esos momentos le llenaba cada partícula de su cuerpo, tan solo sus ojos se habían disfrazado de un color esmeralda brillante, que reflejaban toda la ira que el muchacho portaba, mientras que sus brazos estaban cubiertos de lo que parecía ser metal fundido, dejando sobresaliente, un pequeño cañón a la altura de la muñeca. Nisheida jamás hubiese imaginado aquello, pero en ese preciso instante, no le importaba, solo tenia conciencia de que gozaba de la oportunidad de escarmentar al ser que le había despojado de todo.
Corrió en dirección al enmascarado soltando un golpe sobre el, y a pesar de que el gigantesco monstruo retrocedió con el fin de evitar el impacto, del pequeño cañon de su brazo salió disparado una rojiza luz que arrastro al hollow varios metros sacándolo de la destruida residencia. Al parecer la sorpresa era de amabas partes, ya que ninguno se había esperado aquello. El grito del hollow reflejaba el daño que había sufrido por aquello, pero no por eso parecía estar menos confundido o contraído. Nisheida avanzo nuevamente hacia su adversario, esta vez consiente de lo que podía lograr al soltar aquel ataque. El hollow comenzaba a incorporarse, dejando claro un deje de temor en las palabras que le dedicaba al muchacho.
-¿Qué demonios eres tu?... eso…. estoy seguro… fue un cero.-
-No me interesa que haya sido, pero el parecer es capaz de dañarte, eso es suficiente para mi.
Nuevamente soltó un golpe al aire y como en la pasada ocasión, el rojizo rayo salió despedido hacia el Hollow, impactando de lleno en la mascara de este. Con un alarido, el hollow comenzaba a desintegrarse, dejando tras de si, solo un aura de pesimismo y destrucción. El chico vio como su enemigo se desintegraba, pero aquello no le producía la mas mínima sensación de satisfacción, aun matando a aquel ser, no podía traer de vuelta a aquellos a los que había asesinado.
Camino hacia la desvencijada casa y se sentó en el primer lugar que encontró, aquellos brazos que parecían de metal, seguían ahí, estaba seguro que el hollow había llamado cero al rojizo ataque que había ejecutado en dos ocasiones. Fuesen lo que fuesen, parecían ser la única vía de defensa contra los hollows, tal vez pudiera depurar karakura de esos horribles seres de una vez por todas.
Los pensamientos de muchacho comenzaban a tomar forma, sin embargo, un desconocido ruido irrumpió en aquel lugar por segunda ocacion en la noche. Una garganta se abria dejando ver un tétrico trasfondo de algo que parecía ser no mas que un muerto desierto nocturno, y de aquel nuevo portal emergia una figura al parecer humana, tenia el aspecto de un hombre alto y joven, vestia un curioso atuendo blanco, mientras lo que parecían ser los restos de algún esqueleto, formaban algo semejante a un collar en su cuello que se extendia en forma de mascara sobre la parte derecha de su rostro, una katana al cintura completaban la inverosímil imagen qu ehabai aparecido. Por pura reacción el ryoka se puso nuevamente de pie, aunque tuviera esa imagen no podía ser humano, simplemente era inverosimil esa idea. Tomado de confianza por su reciente victoria sobre el hollow encaro a aquella nueva presencia que habai irrumpido en la zona.
-¿Quién demonios eres y que haces aquí?
El arrancar, volteo a verle, con algo de arrogancia, y una de sus cejas se arqueo cuando sus iris recorrieron los brazos del muchacho que lo encaraba. Una burlona sonrisa paso fugazmente por el rostro de este antes de mostrar el aburrimiento con el que había emergido de la garganta.
-Así que eres un ryoka, pensé que serias un shinigami, pocas veces puede verse un humano con tanto Reiatsu.
-No me interesa como me llamen, te e preguntado tu nombre y que eres, no pareces ser un hollow, pero despides la misma energía que ellos.
-Je, no seas arrogante mocoso, te falta mucho para poder levantarme la voz, soy Arrancar 24 Salmonelias Leones. Es decir, un hollow con poderes de shinigami.
El shock momentáneo que sufrió nisheida lo dejo sin palabra por unos segundos, las palabras del arrancar no podían ser ciertas, ya que significaban preocupaciones mayores.
-¿Shinigami?, ¿insinúas que existen los shinigami?
-Parece que la estupidez no conoce límites, pero tu ignorancia no es factor para no eliminarte. Los shinigamis son los encargados de controlar y erradicar a los hollows, pero pocos tienen la capacidad de lidiar con un arrancar, y por supuesto un ryoka menos.
El gigantesco reiatsu del arrancar se extendió por toda la zona, creando una sensación aplastante en su contrincante. La energía de aquel ser era mas semejante a la de un monstruo que a cualquier otra cosa. Y sin siquiera reaccionar antes, sintió como un golpe lo hacia salir despedido hacia atrás con una fuerza descomunal. Su trayecto fue cesado al estrellarse contra un muro, el dolor del estomago donde el golpe había sido llevado a cabo era agobiante, pero con dificultad logro ponerse de pie, el llamado cero parecía afectarles a los hollows, de modo que lo intentaría. Soltó un nuevo golpe con toda la fuerza que le fue posible, pero el nuevo rayo, aunque mas grande que los anteriores, fue desviado por el arrancar con una sola mano para la incredulidad de Nisheida.
-Curioso… puedes usar el cero, parece que tu mismo tienes habilidades de un hollow, francamente eres un ryoka interesante, pero no estoy de humor, así que es momento de acabar con este circo.
El evolucionado hollow, desenvaino su zampakuto, dejándola en sentido horizontal, y posteriormente pasando la mano por la hoja pronuncio.
-Secciona… colmillo…
Si el reiatsu anterior era aplastante, este era en extremo sofocante, Nisheida se arrodillo ante la fuerza de la energía espiritual del arrancar, mientras una gran nube de humo antes levantada por el mismo se depejaba para poder observar la transformación sufrida por el. Los oscuros iris del muchacho se fijaron en la nueva figura ante el, aunque conservante de su forma original, todo su cuerpo estaba recubierto de lo que parecían ser picos, u colmillos de alguna bestia. Y, haciendo uso de aquella prodigiosa velocidad, y esta vez girando sobre si mismo, hizo una nueva arremetida en contra del ryoka. Este último solo pudo sentir como además del golpe, los colmillos que rodeaban al arrancar le rasgaban el carne de su cuerpo abriendo varias heridas e impulsándolo hacia atrás. Aquello seguramente seria su fin, no se sentía capaza de volver a levantarse, el cuerpo le pesaba y las piernas no le respondían por más que les exigía obediencia. Cerró los ojos resignado esperando el ultimo golpe de su adversario, que terminaría con todo aquello, al menos, y tal vez, estaría de nuevo con su madre, su padre, y su hermana. A pesar de ello, una voz llego hasta el, arrastrada por el viento obligándole a abrir los ojos. No… no podía ser posible, los vocablos que había escuchado no podían venir de la persona que el creía.
-¡Almos! – grito el chico en cuanto abrió los ojos.-
La delgada figura de su amigo corría hacia el después de haber gritado su nombre, al parecer aunque consiente de la horrible presencia del arrancar corría a socorrer a su compañero en aquella terrible situación.
-Nisheida-kun, voy a ayudarte, lo distraeré mientras corr….
La frase quedo en el aire, al brazo del arrancar había atravesado el pecho del pequeño chico, dejándole un segundo de incredulidad antes de que desfalleciera. El cuerpo de Almos cayo al suelo con un ruido sordo, y los oscuros ojos de Nisheida alcanzaban a ver los de Almos, que en ese momento ya carecían de vida y se encontraban inexpresivos después de la acción de el arrancar.
Nuevamente la frustración y la ira embargaban al ryoka, llenándole de una inexplicable fuerza. Aquellas emociones parecían ser el detonador de los recientes poderes que había adquirido. Nuevamente el reiatsu de este se propago e hizo presencia por toda la zona. Nisheida se levanto poco a poco mientras sentía como aquella nueva energía se propagaba también por todo su cuerpo, y el mismo alcanzo a distinguir como aquellos aparentes brazos de metal cambiaban, el pequeño cañón, se ensanchaba y cubría ahora toda su muñeca, mientras que aquella apariencia metálica se extendía hasta su pecho y abdomen al la vez que franjas negras hacían un ligero camino semejando un decorado en la nueva e improvisada armadura.
El arrancar reflejo algo de sorpresa ante el drástico cambio sufrido por su oponente, al parecer careciente de la información sobre el nivel que podía adquirir un Ryoka. Y, al igual que la vez anterior, Nisheida soltó un golpe al aire con toda su fuerza, sin embargo mas fue la sorpresa cuando los rayos despedidos del ataque no era rojizos si no de un tono azul turquesa. Las retinas del arrancar se contrajeron ante esta nueva visión, ya que era algo insólito, ni el mismo era capaza de llevar a cabo aquel ataque. El ataque levanto una nueva nube de polvo después de impactar con su objetivo, y dejando ver una ensangrentada forma en cuanto se despejo. Salmonelias carecía del brazo izquierdo y los jadeos eran bastante obvios, y sobre todo, el como su reiatsu había disminuido.
-Bastardo… el gran rey cero… como demonios….
Sus dudas jamás llegaron a expresarse, dado que cayo al suelo antes de que pudiese plantearlas, y al igual que el pasado hollow, su cuerpo comenzó a desintegrarse como si de polvo arrastrado por el tiempo se tratase, aunque la sangre brotada de la herida causada por el Ryoka no desaparecía.
Nisheida cayó de rodillas al suelo, la adrenalina del momento comenzaba a irse, y sus heridas, fatigas y sentimientos lo invadían de golpe otra vez, ocasionando una casi insoportable sensación de dolor y culpa. Se puso en pie una vez más para caminar donde yacía su amigo caído. Seguramente el también hubiera podido desencadenar un poder semejante al suyo si se lo hubiese permitido. Por su mente solo pasaban maldiciones y pesares dirigidos al hollow y al arrancar, que en una sola noche le habían despojado de una vida de 16 años. Su amigo, su familia, ya nada existía de aquello, y por si fuera poco, el seguía sin saber mas allá de lo poco o nada que había acontecido en aquella fría y lúgubre noche.
Varias presencias le rodearon de improviso y Nisheida no pudo mas que poner las manos sobre su cabeza, mientras sollozaba por las muertes de sus seres queridos, y rogaba porque no apareciesen mas enemigos, había tenido suficiente, si había que volver a pelear no se sentía capaz de hacerlo, había matado, y aunque fuese un hollow aquello, era demasiado para volverlo a hacer. Cuando levanto la vista, vislumbro 4 nuevas figuras alrededor de el, y para su tranquilidad era 4 humanos, cuatro humanos del equipo de sanidad que parecían haber llegado con la intención de ayudar. Asustado pensó en explicar de cualquier forma aquellos extraños brazos aunque a su sorpresa sus cuerpo estaba en un estado normal, aparentemente aquella habilidad requeriría habilidad y entrenamiento, ya que solo se había mostrado en aquella ocasión de necesidad.
Al parecer se estaban alarmando por la escena con la que se habían topado y algunos mas se congregaban en torno al muchacho para intentar hablar con el, sin embargo Nisheida había ido mas aya de sus fuerzas, había sido demasiado para una nuche, para una semana, para mucho tiempo.
Se desembarazo de los hombres que habían llegado explicando que el apenas había llegado a aquel lugar, y comenzó una nueva caminata con su desgarbado andar, mientras las escenas de lo acontecido aun le perseguían. Se adentro en la negrura de la noche mientras soltaba lagrimas por las personas fallecidas hace unos minutos, pocos minutos después, había desaparecido de la vista de cualquier persona ahí.
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