Yo el gran taicho de 9 escuadrón había sido enviado a patrullar en karakura, es lo malo de ser el novato de todos los taichos, aun no se como acepte a venir de refuerzo militar, si ni siquiera había shinigamis, la noche era tranquila, calmada, con el ruido de lo karaokes de los abres cercanos a los que me encontraba, y la luna se veía brillante, era luna llena, y parecía como si estuviese a unos shumpos de distancia, tan brillante, tan bonita, y con una gran música de fondo, aunque por desgracia cantada por aficionados, pase un par de horas contamplando la majestuosidad de la anturaleza, y el desastre de la humanidad al dejar coger a cualquiera un micro, pero hoy un grito, no un grito de esos que llevaba oyendo todo elr ato, sino uno de auxilio.
Avance pro el tejado del local sobre el que estaba, cuando divise a ese individuo, claramente un ryoka, salte delt ejado y cai ante él.
- Que quieres de mi - Me dijó aterrado.
- Me gustaría decirte que iras a un lugar mejor, pero como no entres wen una familia noble o de shinigami, moriras de esapdazos o de hambre - Le dije aconsejandole sobre su futuro en la sociedad de almas.
Rapidamente voltee mi zhampakutoh y le golpee en la frente, llevandolo así al rukongai. Decidí seguir la dirección de la que el ryoka huía, ahora que había encontrado un sitio calmado, no iba a dejar que em estuvieran molestando gritos toda la noche, avance, hasta que vi un callejón, del cual presentía un reiatsu en el fondo, sin duda el ryoka huía de él era el único que se podía sentir. Avance poco a poco, viendo solo una silueta en las sobmras, que claramente podría iluminar y quemar, pero no soy de los que amtan porque si.
- Oye tu... quieres dejar de asustar a gente que me molestan... -