13º Capitán: Kanon Takeuchi

Mundo Humano:
Kanon creció y se crió en el seno de una familia adoptiva (madre asiática y padre inglés) en un pueblo de Irlanda breves años después de la rebelión de su patria. Se caracterizó mucho por ser un buen estudiante hasta que al terminar la secundaria, su abuelo (adoptivo) vendría para incursionarlo en el mundo del arte. Sin embargo, su bajo interés por resaltar entre la popularidad lo obligaría a dejarlo, no sin antes haber recibido las enseñanzas en ciertas ramas como Escultura y Pintura. Kan se mantuvo perdido durante ese tiempo aprendiendo los entornos de las diferentes comunidades y desarrollando cierta pasión por la cacería como un deporte. Curiosamente, su pasión por las artes dificilmente desaparecieron y conociendo muchas cosas sobre el mundo exterior debido a sus constantes viajes alrededor de toda Europa, fue que se convirtió en un reconocido pero anónimo pintor.
Un día, mientras se encontraba caminando por una ciudad en el oriente a la cual había elegido como objetivo para una de sus obras, se vió involucrado en una jugarreta de apuestas y debía pagar el precio de asesinar a cierta persona, sin embargo, aferrándose a sus principios, abandonó el lugar con intenciones de buscar una rápida salida. Para este tiempo, una enfermedad se asomaba en su joven cuerpo; al parecer, debido a que había estado viviendo en un puerto durante varios meses, de alguna forma fue contagiado por el ambiente. Apresurado por no permitir que las cosas terminaran allí, tomó el primer barco comercial que encontró y sin pensarlo dos veces, decidió embarcarse hacia un rumbo completamente desconocido (eventualmente, se trataba de la isla de Japón). Arribando finalmente a su destino, el entonces exhausto Kanon no pudo hacer otra cosa mas que esperar que la hora de dormir eternamente llegara; dos meses más tarde su deseo sería escuchado, dejando así una vida un tanto corta pero llena de inspiración gracias a su niñez.

Rukongai:
Tras morir en carne y hueso, Kanon despertó en un nuevo mundo indiferente a lo que él tanto había estado acostumbrado a ver. ¿Eras Japón?, ¿Acaso sobreviví a la muerte y ahora deambulo en algún lugar de esta isla?, esas era quizá las preguntas que en su mente revoloteaban, sin embargo, no les dió mucha importancia y prefirió adaptarse a lo que el consideraba una nueva oportunidad. No pasaría más tiempo hasta que se enterara de todo el misterio que encerraba ese atrayente lugar; informado ahora de lo que ocurría y de lo que pudo haberle sucedido, se llenó de curiosidad y decidió retratar, sí, eso que aprendió de niño a ver si no se le había olvidado luego de todo lo que le había sucedido; alivio y suspiros de satisfacción recorrieron su cuerpo luego que comprobara el yo mismo que seguía siendo.
Vagando por los alrededores, fue testigo de un asombroso acontecimiento; unos extraños tipos de ropas negras al parecer se hallaban tratando de eliminar a una deforme criatura, una que su rostro asemejaba más las facciones de una máscara que las de una cara común y corriente. Se intrigó muchísimo por aquellos seres y a urtadillas se automencionó la idea de seguirlos para conocer más sobre ellos; minutos después de que la exterminación de aquella criatura fuera cimpletada, el grupo de personas responsables de aquel espectáculo se comenzaron a retirar y Kanon sin perder más tiempo también emprendió su sigilosa persecución.
Pasados unos minutos, había cumplido su meta, ahora él yacía frente a un lugar más sorprendente al que había llegado a parar cuando despertó desconcertado, fue entonces que incapaz de dejarse ceder por la curiosidad decidió infiltrarse en aquella puerta y ver lo que atrás se ocultaba, quizá una base secreta de alguna clase de héroes como los que solía contarle su abuelo en las leyendas. Para su mala suerte, fue pillado antes de tiempo por un sujeto de porte más ostentoso que los anteriores, éste llevaba una gran capa blanca que al parecer le daba un grado de soberanía tremendo. Atrapado y viendo ésta como su única oportunidad se dejó capturar para luego ser trasladado al interrogatorio de aquel hombre. Sus respuestas fueron claras, Kanon sólo buscaba unirse al grupo, cosa que no le quedó de otra al Capitán debido a tan incomprensible insistencia.

Gotei 13:
Y así fue, aquel sujeto que dejó de existir en un mundo rodeado de conflictos, tras más de 100 años ya había conseguido un lugar en lo que llamaba su verdadero e inpirante hogar; había aprendido muchas cosas, entre ellas filosofías, valores y comportamientos que rara vez se podrían pintar en el lugar que prefirió para siempre. Kanon fue un alumno bastante normal, sus habilidades y logros eran en el típico promedio mediano, sin embargo, tras graduarse, el Capitán culpable de introducirlo en tan fascinante universo parecía bastante movido por su presencia, no cansaba de repetir lo lejos que podría llegar con un poco más de dedicación y profesionalismo.
Ingresó al 13º escuadrón de protección y fue allí que estando a cargo del mencionado Capitán, emprendió su camino para evolucionar no sólo como Shinigami sino también como persona, desarrollar un exquisito por disfrutar lo que haces y ponerte a prueba día a día para que las cosas salgan mejor que bien. Como en toda dimensión, el tiempo siempre transcurre sin mostrar compasión alguna y gracias a esto, no demoró en arrebatarle los últimos minutos de vida a quien había sido para Kanon más que un maestro, un amigo.
Meses después, tras arduo entrenamiento alejado de la multitud Kanon se volvió el más fuerte en su escuadrón y recomendado por los rumores de la zona, fue puesto a prueba para ver si merecía ser nombrado con el título de Capitán; sorpresivamente, los resultados fueron positivos y tras cumplir con los requeridos examenes, pudo conseguir subir en la escala, de los normales a los grandes.
Actualmente y tras un buen lapso de tiempo, él sigue manteniendo su postura como Capitán del 13º Escuadrón, puesto con el que ha sabido cumplir tal y como la filosofía de la Sociedad lo demanda.