Tan solo hace unos días que me nombraron maestra Quincy, la verdad me lo he merecido, todo esta echo por mi habilidad y mis lecciones de moral a los jóvenes quincys, deberé mostrar una cara mía que jamás les he mostrado, la de una chica seria, fría y quizás un poco fanfarrona, pero la verdad no soy así, pero todo por una estupidez de norma, me parece inmoral que tenga que ser así, por ser una de los pocas que llegan a maestra quincy , yo iba a cambiar eso, jamás nadie seria cambiado por tener un rango mayor, pero eso será poco a poco, y así que se den cuenta de que cambiar a la gente les hace mas débiles, lo verdadero es ser como tu eres y combatir como sabes, por que si no, en una pelea de verdad uno se da cuenta, que ser así no te cambia, si no te quita la ilusión con cual empiezas, soñando y así algún día estar entre los mejores, y cuando llegas, te acaban odiando y todo por que la gente que conocía a una persona amable, buena, bondadosa y sobre todo sin importarle recibir nada a cambio, y ven que se convierte en una persona arrogante, con ideales falsos y sobre todo sin ilusión de tener ese orgulloso puesto, así que decidí no mostrar ninguna cara ante nadie, seria yo misma, Tifa, la mejor maestra Quincy. Al cabo de los días me mandaron a Karakura una de mis ciudades favoritas, ahí he tenido batallas increíbles y todo por proteger a gente que no conozco, pero bueno es mi deber salvar a inocentes y matar a los sucios pecadores con unas ideas extravagantes, con esas ideas cegadoras de mi mente me levante de la cama, y lentamente con cara de dormida fui al baño, una mujer siempre tiene que estar linda, después de unos quince minutos en el baño, salí a prepararme el desayuno, la verdad para comer todo lo que como, no estuviera gorda, creo que lo quemo en el campo de batalla,, después de recoger y limpiar lo manchado por aquella comida, me dispuse a salir a las calles de Karakura, necesitaba visitar la tienda de los cómics, me encantaban esas cosas, sobre todo uno, su nombre es bleach, me identifico tanto con ellos, que me encanta leer sus aventuras, hoy salía a la venta el ultimo de la tercera temporada y lo necesitaba urgentemente, así que rápidamente empeze a correr lo mas rápido hacia la tienda, si no los niños de Karakura me lo quitarían, y eso no lo podía permitir, después de una buena carrera llegue de las primeras, los niños me miraban extraños, se preguntarían que haría una mujer de mis pocos años comprando unos cómics para niños, al final lo conseguir me costo casi todos los ahorros, pero me da igual, lentamente andando por la calle una brisa alzaba mis cabellos negros, y daba un brillo a mi cara, daba tanto placer como ver la primera ver la flor de primavera florecer, mientras que leía el cómic, la gente se chocaba contra mis hombros, la verdad la gente de esta ciudad siempre lleva demasiada prisa, y no se daban ni cuenta, la verdad era una mala idea ir leyendo y a la vez mirando los dibujos del comic, por que sin darme cuenta choque contra un puesto de la luz, la verdad me hize bastante daño, la gente se paro y empezó a reírse de mi, la verdad una ira me recorría las venas, me daban ganas de liarme a patadas con todo, pero la verdad lo mejor era calmarme y pensar que todo ha sido del poste de la luz, y el se ha chocado conmigo y no yo con el, seguía mi destino que era la tienda de las verduras, necesitaba la comida para la cena, hoy cocinaría un rico estofado de carne y verduras, pero esta vez iría ala verdulería sin el comic entre ceja y ceja, por que no quiero volver a repetir la escena del poste de luz, me trae malos reflejos, andando y con mi frente roja me daban ganas de volver a leer, pero mi cabeza decía que no pero mis ojos decían que si, al final con todo este lío en la cabeza llegue a la verdulería, la verdad todavía no se habían llevado las mejores verduras, yo solo quería zanahorias y puerros, pero los que estaban tenían un brillo y un color que debían estar sabrosísimos.
-Si joven, ¿Qué quieres?
-Así señor, dame cinco zanahorias y también esos cinco puerros de ahí debajo.
-¿Estos?
-No. no, son esos de ahí los ves ahora
-Perdona, ya mi vista no es como la de antes
-Muchas gracias, dime ¿Cuánto es señor?
-Bueno, por esta vez te lo dejo gratis, Tifa los viejos amigos se regalan cosas
-Ahí Shou, como eres, la verdad siempre se nos da bien disimular, y todo para que tus clientas no se vuelvan celosas, esta noche hago cena y necesito un experto en cortar verduras, me preguntaba si tu querrías venir, te invito a cenar
-Bueno Tifa, por que mi mujer ya no esta entre nosotros, pero si no, se moriría de celos si se entera que cenare con una chica joven y guapa
Con una sonrisa en la cara le respondí
-Bueno, te espero a las ocho en casa, que entre preparamos la cena, bueno adiós allí te espero Shou
-Vale Tifa , llevare algunas frutas, por que no haces que comer comida basura.
Después de hablar con Shou, gran amigo y compañero de batallas, me dirigía a la carnicería, para el estofado necesitaría carne, pero ahí quien me la podía vender buena, siempre me regalan las compras, me conoce todo el mercado, a todos siempre les he ayudado y nunca saben como agradecerme eso, así que iré a ver a Ino, es buena chica, aunque mi joven para ser carnicera, los puestos estaban uno al enfrente del otro, pero Ino ya me había localizado y siempre nos damos sustos mutuamente, y hoy me tocaba ami, así que me escabullí entre la gente y lentamente me acerque a su puesto, mientras atendía a una señora, salte de entre la muchedumbre y chille como una loca, Ino del susto se cayo hacia atrás y cayo en unas cajas llena de hígados que había detrás suya, después de la caída la señora se fue sin llevarse su pedido y por supuesto un gran chillido se escucho dentro de esas cajas un sonido aterrador que decía mi nombre, era la verdad muy escalofriante y ala vez gracioso, de repente de las cajas salio Ino, llena de hígados y se puso dos de esos hígados pegados en los parpados así asustándome de muerte y haciéndome correr hacia la gente, y chocarme contra todo el mundo, hasta que me di cuenta que era ella, y fui corriendo a meterla un gran capón, pero cuando nos miramos a los ojos, las dos empezamos a reirnos como dos niñas pequeñas, con la risa en la voz le dije:
-Dame carne para un estofado
-Ahora mismo Tifa, ¿Algún día cambiaremos?
-Espero que no, además ya sabes lo que pienso de cambiar ¿no?
-Si, y te apoyo, ah toma aquí tienes tu carne, espero que te guste te guardo la mejor ya lo sabes
-No hace falta, y todo por aquella vez
-Si, nunca podré agradecértelo salvarte a mi familia de esos Hollows, estamos casi ya para ser devorados por esos monstruos y todo por que tenemos un por nuestro poder espiritual.
-No me debes nada, aquella vez os salve por que era mi deber, y nada mas, así que ya me salvaras tu ami
-Ya, pero salvaste a mi familia ¿recuerdas?
-Bueno, vale quedas perdonada por esto vale
-Vale, mañana nos vemos, que mi madre siempre te hace bolas de arroz, y te las tengo que dar
-Tranquila iré, adiós.
Con las tres bolsas de la súper compra del día, volvía a casa tranquilamente, de repente note una presencia extraña pero al darme la vuelta no observe nada, pero yo sabia que había alguien y venia a por mi, además ya era casi de noche, dentro de treinta minutos vendría Shou a casa, así que tenia que darme prisa, pero debía tener cuidado con ese poder extraño que note antes, al ir a la velocidad máxima que podía correr llegue justo cuando llegaba Shou.
-Shou, toma las bolsas, entra y prepara las cosas, yo voy a ponerme elegante
-Vale, tranquila yo preparare el estofado
Rápido entre en la casa y subí arriba, a cambiarme, no tenia el traje de lucha, Shou no sabia nada, no le quería alarmar, yo sabia que un poder estaba cerca de aquí, me prepare todo, tenia una caja de Gintō, asi que amarre veinte y me prepare, encima del traje de lucha me puse un vestido que me pudiera tapar para Shou, no permitiría que le hicieran daño, así que baje por las escaleras, y de repente subió un olor adormecedor, era el estofado estaba ya en su punto, cuando baje Shou tenia todo puesto, la mesa, el estofado en ella y sobre todo una gran bandeja de frutas, yo siempre le he dicho que viniera a vivir conmigo y no estuviera solo, pero el nunca cedió a venir conmigo, hoy se lo diría de nuevo y esta vez vendría a vivir conmigo, los dos nos sentamos en la mesa y el antes me comento que quería hablar conmigo de una cosa muy seria.
-Tifa, si quiero venir a vivir contigo, mi casa se me queda grande, y muy vacía, desde que esos malditos hollows se la llevaron no soy el mismo, por eso me vengo contigo, a tratarte como a la hija que nunca tuve.
-Muchas gracias, pero por favor corre y vete a la cocina ya.
-¿Qué dices hija?
-FUERA DE AQUÍ YA, A LA COCINA
-Vale, te hago caso.
Me desgarre el vestido, y tenia mi traje de lucha preparado me aparte para atrás, de repente una onda arraso por completo las paredes de la casa, incluido el techo, salí rápidamente fuera, de repente ahí estaba el, su reiatsu era potente, pero el mío estaba a su nivel incluso, con voz de ira le pregunte
-¿Quién eres?
-Soy el 5º Espada, no ves mi cara, aquí tengo marcado el cinco
-Bien, matare a uno de los 10º Espadas del Hueco mundo, pues ahora bonito prepárate para ser aniquilado por el poder de los quincys.
-Se que todavía quedaban quincys vivos, pero fíjate que no sabia que iba a matar a una y muy linda
-Lo veremos cobarde, por lo menos di tu nombre, por que el mío es Tifa y solo lo escucharas una vez y es esta
-Mi nombre es Ueki, y tú si será la última vez que lo escuches.
Mi brazo empezó a iluminarse de un aura azul, y así tomo la forma de un arco, Ueki no desenvaino su espada lo haría rápido, en Karakura ahí pocas partículas espirituales así que las aprovechare al máximo, , le clave la mirada cual espina se clava en un corazón mal herido, no tenia ningún miedo, era hora de usar mi habilidad Hirenkyaku, con una velocidad increíble me puse detrás del espada y en un momento solté la flecha, sabia que la esquivaría, pero le desgarre su tunica blanca, con eso me bastaba para saber que fallo uno, pero no dos, de repente Ueki puse sus manos mirando hacia ami y energía oscura invadía sus manos, me quería hacer la habilidad “Cero”, es una onda bastante potente, podría dejar fuera hasta a uno de los mejores Shinigamis, rápidamente me sitúe con mi habilidad detrás suya y sacando cuatro Gintö. Susurre unas palabras.
-Hei-zen
Esos cuatro tubos de plata, se convirtieron en una figura geométrica, con la forma de un prisma rectangular de piedra, con este ataque el espada fue empujado contra el suelo de una manera brutal, al levantarse su cara sangraba muy poco y decidió desenvainar su zanpakutho, el rectángulo de piedra quedo calvado en el suelo y aprovecharía sus partículas espirituales para poder usar mi habilidad, el espada se dirigió rápidamente hacia ami y utilizando su habilidad “Sonido”, se puso detrás mía asestándome un corte en la pierna, pero a la vez que me lo asesto me aparte y como un rayo una flecha rasgo el brazo del espada, rápidamente su cara reflejo cara de asombro ya que no se esperaba esta gran velocidad con el arco de quincy, el seria 5º Espada, pero yo soy maestra quincy, y no permitirá que un Espada me superaría, aunque tuviera que dejarme la vida en ello, creo que notaba que mi nivel era alto, y por supuesto no se iba a dar por vencido hasta darme por muerta, si no le mandaba al otro lado, destruirá a la gente de Karakura, así nuestras miradas se volvieron a cruzar, pero esta vez el Espada, sus manos se rodearon otra vez de un aura, de repente un rayo rojo y a la vez oscuro, fue disparado contra mi, no estaba preparada para esquivarlo, así que debía usar otros de mi Gintö, saque uno de los llamados tubos de plata, rápidamente saque uno y diciendo a gran velocidad:
-Gritz
Una barrera de piedra de la forma de una persona humana, se formo delante mía, así impactando con el rayo lanzado por el Espada, pero su habilidad era mas potente que el Gritz,, así que arraso el escudo por completo y a la vez me dio pero con mas baja potencia, ya que el escudo le bajo la potencia, y me arraso, mis ropas fueron rasgadas, y ala vez la herida que me hizo con su zanpakutho se abrió bastante y empezó a sangrarme bastante rápido, pero aguantaría, el espada sabia que superaría mi defensa, y se empezó a reír de mi patética habilidad, tenia que acabar con esto lo mas rápido que pueda pero, tenia que pensar como, tenia quince Gintö, los debía que usar con cautela, si no podría morir, así que lo mejor era usar unas cuantas flechas, le haría la técnica especial, le mandaría cuatro flechas por las cuatro direcciones y una por arriba usando la habilidad Hirenkyaku, así a la velocidad del rayo le mande una flecha por delante, detrás, izquierda, derecha y la ultima por arriba, para esquivar ese ataque debía por lo menos recibir aunque sea una de las flechas, ya que asegure todas las direcciones estuvieran cubierta por una flecha, así que el espada no tubo mas elección que sacrificarse para que pudieran esquivar las otras cuatro flechas, las cuatro flechas impactaron una entre otra, pero, pero la que se dirigía en su dirección derecha le daño la pierna, entonces ahí desato toda su ira, de repente un calor invadió el terreno completamente, el suelo empezó a temblar, así el cielo se volvió rojo como la pura lava, de las bocas del Espada salieron las palabras.
-Darme el poder de todos los volcanes
Su cuerpo se volvió amarillento y a la vez con un tono rojizo, su cuervo expulsaba una temperatura elevada, su cuerpo goteaba lava como si de agua se tratara, la temperatura del campo subió y hace un calor abrasador, el suelo empezaba a calentarse y a la vez se empezó a agrietar lentamente y a expulsar lava poco a poco, un pequeño chorro me paso por la pierna provocándome una quemadura leve, pensé si que le tocaba podía sufrir quemaduras bastantes peligrosas, pero por unos segundos solo leves, la verdad sus ojos cada vez brillaban con gran intensidad, podían iluminar una sala normal de una casa, estaba asustada pero si le atravieso con una flecha por fin acabaría con el, de repente amarro algo de suelo, estaba compuesto por lava, era su zanpakutho, cambio de forma, ahora tenia forma de lanza, y estaba compuesta por lava, así como una tempestad de lluvia, el la formo de lava, mi ropa empezó a derretirse por lo cual me la tuve que quitar, y así quedarme en paños menores, la lava se extendía cada ves mas rápido por el campo por lo cual o atacaba ya o seria calcinada por ella, así que no me quedaba otra, el espada es un chico por lo cual tendría que caer a la seducciones de una mujer, me deshice de mis paños menores, y lentamente me acerque a el con mi cuerpo completamente desnudo, se quedo bastante sorprendido, de la lava mi cuerpo empezó a sudar, pero tenia que hacerlo, me moría de vergüenza, pero así me permitía deshacerme de el, si no moriría y conmigo toda Karakura, de repente una mano suya me agarro del cuyo, mi cuello empezaba a notar mucho calor, la piel empezaba a ponerse roja, y poco a poco en carne viva, sus gotas de lava, empezaban a caer por mi cuerpo, y a la vez a quemarme, con una sonrisa de lava me dijo.
-No tienes mal cuerpo quincy, pero no creas que puedes usar estos trucos contra mi
-Tranquilo, no quería seducirte, si no matarte
Del brazo volvió a salir el arco y en un momento ya había atravesado con una flecha su cuerpo de lava, me soltó del cuello así cayendo al suelo, así la lava de su cuerpo desapareció, y el del terreno también, el cielo volvió a la normalidad, y a la vez mi cuerpo estaba con quemaduras leves y unos cortes bastante profundos, quede bastante malherida, pero tuve la suficiente fuerza para llegar donde estaba Shou.
-Ya ha acabado, acabe con el pero por favor sálvame ami
Así caí desplomada al suelo, pero en el aire Shou me agarro, y me dijo:
-Tranquila, todo ha acabado, y has hecho lo de siempre, ayudarnos a todos nosotros, sin ti estaríamos ya muertos, pero tu cada día arriesgas tu vida por nosotros, descansa y muchas gracias Tifa.
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