En la puerta norte

Tras haber abandonado la reunión el capitán LeMarc se percató de que, realmente, no necesisitaba recoger ningun útil de su división. Sus pasos se hicieron lentos en la caminata que había iniciado desde que había salido del primer escuadrón hasta que estos se detuvieron.

Su rumbo cambio y sus pasos retomaron velocidad. El destino era la puerta Norte del Seireitei... no tardo mucho en llegar y cuando lo hizo se limitó a mantenerse allí de pie, esperando para marchar al mundo humano.

Realmente no era alguien demasiado expresivo y, pese a su extraña amabilidad, solía mostrarse serio. Era una persona extraña, su humor sarcástico muchas veces chocaba con aquella extraña sensación de calma precedente a una tormenta que emitía.

Luego de haber salido de la sala de reuniones del primer escuadrón y de la sede en sí, me dirigí, previamente, al segundo escuadrón para dejar algunas órdenes antes de partir. No podía simplemente dejar al escuadrón acéfalo sin, al menos, dar algunas indicaciones a seguir. Aquello me llevó poco tiempo, el segundo escuadrón, organizado como siempre, no me consumió demasiada energía o esfuerzo.
Luego de ello, y sabiendo que LeMarc seguramente estaría esperándome ya en la puerta norte, decidí abandonar la sede de mi escuadrón y dirigirme a su encuentro. Apresuré mi paso, mediante la técnica conocida como Shumpo o "paso instantáneo" para no hacer esperar al capitán del onceavo escuadrón, mi compañero en la misión de reconocimiento.
Agradecía que Sou Taicho me hubiera asignado a esta misión junto a él. Con la cantidad de capitanes y tenientes nuevos, haber tenido que realizar una misión con algunos ellos no hubiera sido nada extraño.
En esta clase de misiones la coordinación y el entendimiento era primordial y tener que realizarla con alguien que apenas conocía se hubiera vuelto algo sumamente incómodo. LeMarc Taicho y yo ya teníamos nuestros años ocupando el cargo y ambos conocíamos las capacidades, ventajas y desventajas del otro.
Finalmente llegué a la puerta norte junto a mi teniente, Drako. Allí el onceavo capitán nos estaba esperando, serio y calmo.

- Lamento la tardanza- me disculpé con el peliblanco mientras me detenía frente a él.

LeMarc se encontraba esperando a los que serían sus compañeros de misión aunque estos no se demoraron mucho en llegar al punto de reunión que el mismo Shinigami del 11º escuadrón había decidido antes de abandonar la reunión.

La capitana Natsumi y su teniente llegaron a la escena poco después, la espera del capitán del 11º escuadrón no fue demasiado prolongada y en el fondo agradecía eso ya que realmente no le agradaba esperar demasiado.

- Lamento la tardanza - fueron las palabras que optó por escoger la capitana ante la leve espera que Marcos sostuvo en aquel punto de encuentro. Una ligera sonrisa se dibujo en su rostro, realmente aquella persona no había cambiado mucho desde el día que se conociesen.

- No te preocupes, fui yo el que abandonó demasiado rápido la reunión - respondió LeMarc ante las palabras de su compañera y es que, realmente, aquel lugar no agradaba demasiado al capitán de cabellos blancos y ojos azules. El no era un hombre de papeleo y esto era sabido por todos aunque fuese por mera suposición. Era el capitán de la undécima división, la mas violenta y salvaje de las conocidas debido a la pasión que estos sentían al combatir.

Después de su respuesta dirigió su mirada al Teniente de la capitana. Realmente era la imagen opuesta a su superior, era una imagen extraña de asumir debido a la particular naturaleza que esta despedía. No se demoró mas y en un suave gesto desenvainó su escalofriante Zampakutou para luego, con un gesto brusco, clavarla en el aire.

Aparentemente había atravesado la nada pero en cuanto el capitán giró el filo de esta hacía la izquierda fue fácil distinguir el chasquido que surgió de la zona en la que la espada estaba. Una extraña puerta se presentó de la nada, emitiendo desde su interior una radiante luz blanca que cegó por unos instantes al Shinigami amante de las batallas.

Finalizado con este acto, LeMarc ató su acero sin vaina en el lado derecho de su cintura para luego girar en dirección a sus dos compañeros de reconocimiento - ¿Listos? - preguntó este de forma retórica y sarcástica. Ya sabía la respuesta a tal pregunta pero prefirió hacerla por mera amabilidad.

Con la puerta ya abierta, por su parte, todo estaba preparado para partir. Se mantuvo en silencio tras estas palabras en caso de que la capitana o su subordinado quisiesen decir algo antes de partir.

El capitán de la undécima división respondió ante mi disculpa, comentando que no importaba puesto que, en realidad, él había sido quien había abandonado la sala de reuniones antes de lo esperado. Decidí no hacer más mención al asunto puesto que realmente no era algo relevante.
Al poco tiempo Drako se hizo presente. Parecía extremadamente agotado, sin aliento, y todo porque había intentado seguir mi paso. Él mismo admitió que se encontraba fuera de forma y, sinceramente, no se lo refuté. Ciertamente mi velocidad era de alto nivel, pero el hecho de que mi teniente, quien se supone fue entrenado para llegar a ese puesto, llegara en estas condiciones me hacía dudar de su fortaleza y de su descontrolada energía que mostraba siempre.

-Como mi teniente debiste haberlo previsto, Drako- le respondí de forma dura a su reclamo sobre el shumpo que realicé para llegar hasta aquí.

El capitán LeMarc, entonces, se adelantó, abriendo un portal el cual nos conduciría al mundo humano con su zampakutoh. Debía admitir que el mundo donde los humanos habitaban no era mi lugar favorito. No entendía como la gente podía vivir de tumulto a tumulto de personas, con un ruido infernal en las calles. Simplemente prefería la vida tranquila del Seireitei. Sin embargo, órdenes eran órdenes y lo bueno es que, en esta misión, no debíamos convivir entre ellos. Aquello era misión de Kerjex y Kanon quienes debían convencer a los Quincy, Ryokas y Vizard de prestarnos su ayuda.
LeMarc taicho nos preguntó si ya estábamos listos para partir. Algo por lo demás obvio considerando que nos habíamos reunido aquí para esto. Asentí con mi rostro

-Vamos- finalmente determiné

Caminé hacia el portal y me adentré en el mismo.


[Rol off: Perdón si el mensaje es algo corto. Mañana tengo parcial T.T]

La situación se había desarrollado de una manera despreocupada a entendimiento del capitán del 11º escuadrón ya que el tono y las palabras utilizadas por el teniente distaban mucho de una relación entre compañeros imbuidos en la seriedad tan típica de otros escuadrones.

Era una situación un tanto peculiar pero lo que mas llamó la atención del Shinigami del 11º escuadrón fue al percatarse del estado que presentaba el teniente de la 2ª división después de hacer su acto de presencia.

- Como mi teniente debiste haberlo previsto, Drako - enunció la capitana a modo de reprimenda en dirección su teniente poco antes de que Marcos abriese el portal que les llevaría en dirección al mundo humano.

- Vamos - anunció la capitana Natsumi ante la pregunta que el peliblanco amante de las batallas había propuesto instantes atrás. Fue ella la primera que se adentro al portal, LeMarc se limitó a encogerse de hombros ante la situación para luego, tras soltar un breve - Al lío - internarse en aquella luminosidad desprendida por la puerta.

Su cuerpo fue sustituido por una silueta al internarse a la puerta y, posteriormente, la silueta quedo fuera de rastro conforme el capitán del 11º escuadrón se adentraba mas y mas en dirección a su destino.


[Off: xD, no te preocupes por eso. Suerte en tu examen]

Luego de dejar atrás la sala de reuniones en el Primer Escuadrón, Kanon se había dirigido hacia su escuadrón, con la única intención de recoger su gigai (el cual es exactamente como su aspecto shinigami con la diferencia que no se incluyen las ropas de capitán y/o samurai, es un traje cowboy casual), después de todo, lo necesitaba para andar por el mundo humano humano si quería pasar desapercibido o al menos para adaptarse con mejor resolución al ambiente en el que osaría infiltrarse para cumplir con su encomienda. Saliendo finalmente de su base principal, camino a paso ligero y dando saltos por todos los tejados del Seireitei hasta llegar por fin al lugar donde se encontraba la ostentosa puerta que era bien usada para conectarse con la ciudad de Karakura, así como para el mundo humano en general. Antes de pisar el suelo frente al mencionado portal, pudo dejarse guiar por los reiatsus de otros tres individuos, reconociéndoles en el acto gracias a que el trio había ya participado en la junta de altos cargos, percepción que inmediatamente le hizo entender al vaquero que se trataría del otro grupo que Cole-soutaicho había encargado para el reconocimiento.

Percatándose mejor del panorama, ambos capitanes ya habían desaparecido a través de la luminosa entrada, dejando nada más que débiles rastros de reiatsu por detrás suyo, posición exacta donde se encontraba el Teniente de la capitana Natsumi o siendo más precisos, del Segundo Escuadrón. Decidido, caminó hasta la puerta y mientras se acercaba no pudo evitar soltarle un diálogo a Drako, en ningún momento, esperando que le prestara realmente una atención bien intencionada, puesto que ya se había dado cuenta del comportamiento que éste poseía, asunto que volvió a robarle una fraternal sonrisa de medio lado, colocándose a unos siete pasos del túnel dimensional...

- Éxitos en su misión, Fukutaicho - le comentó amablemente, guardando sus manos a los bolsillos de la gabardina no sin antes haberse llevado un cigarrillo a la boca y encenderlo con un brillante encendedor, dejando que el humo recorra sus labios suavemente mientras hablaba -

El Teniente a quien le había lanzado "los buenos deseos" se esfumó rapidamente de forma apresurada, sin siquiera darle algo de importancia a Kanon, cosa que desde luego, lo obligó a ilustrar en su rostro un gesto de sorpresa bastante esperada, aunque claro, tampoco tan notoria y acabó unicamente por tildar una satisfactoria sonrisa. Minutos después pudo sentir un reiatsu que previamente había tenido la oportunidad de conocer en la reunión, para ser más precisos, se trataba del otro Capitán a quien le habían asignado la tarea de ir junto con él para entablar unas supuestas alianzas con otras razas, interesado, el vaquero se giró para recibirlo de frente y al tenerlo lo suficientemente a distancia, le hizo un cordial gesto de saludo para luego sonreírle amablemente sin deslumbrar o exagerar en lo más mínimo...

- Así es, el mismo... ya había tenido el honor de conocerlo Kerjex-taicho, un verdadero gusto - le respondió ante la notable muestra de confianza que el opuesto le había reflejado, haciendo que Kanon sonara de la misma manera para evitar deslumbramientos - Lo mismo digo, aunque sobre todo... tenemos que convertirlo en un no fracaso - volvió a comentar asegurando suavemente el movimiento de sus cejas, para finalmente, ver desaparecer al Sexto Capitán a través del portal, siguiéndolo breves instantes después -